Nos remontamos a unos años atrás para contaros cómo surgió esta empresa, cómo nació de la nada y con que ilusión, ganas, compromiso, esfuerzo y trabajo se llegó a lo que hoy es Hellín Ganadera-Piensos Espejo.

Cuando tenía 13 o 14 años, hace ya más de 65 años, me encontraba estudiando, pero como muchos sabéis o habéis vivido, a veces uno tiene que elegir y mi elección fue ayudar a la economía familiar.

Me salí del colegio y trabajé ayudando en el campo a mi familia que era a lo que se dedicaban y de donde venían los ingresos familiares. 

Mi padre y mi tío que vivía con nosotros que estaban enfermos eran los que se encargaban de la economía familiar hasta que yo empecé a ayudarles.

Así hasta que llegó el momento de irme al servicio militar, seis meses antes, conocí a mi novia, con la que me casaría y  sería mi compañera durante muchos años , mi gran apoyo tanto a nivel profesional como familiar.  

                                                                                                      

La partida a mi nuevo destino y la noticia del lugar donde pasaría año y medio no pasó desapercibida, nada menos que me iba a los Desiertos del Sahara, dejaría a mi familia y a mi novia por un año y medio, sin volver a verlos, apoyándome en las cartas que mandaba y recibía para tener noticias de ellos.

Para alegrarme la estancia me acompañaba mi amiga la bandurria, que tantos buenos momentos y recuerdos me han dejado con su música.

                                                 

Mi experiencia en el Sahara fue algo que no olvidaría, algo irrepetible.

Mientras yo estaba allí, la vida de mi familia y de mi novia continuaba, y también hubieron sorpresas al volver del Servicio Militar, no tan gratas como yo esperaba.

Cuando estaba acabando el Servicio Militar tuve que volver a elegir:

Nos presentamos  a unos exámenes y fui unos de los aprobados para ser Policía e irme a Canarias pero en una de las últimas cartas, recibí la noticia de que mi padre seguía enfermo y de que había mucho trabajo en el campo. Tendría que volver a casa y ayudar.

¿Y cómo fue la vuelta?

Pues embarqué en un barco llamado "Poeta Arolas", hasta Jerez de la Frontera y ya desde allí en tren. Para mi buena suerte me encontré con un ferroviario de Hellín que al verme me dijo:¿Tú eres de Espejo?, vente conmigo para Hellín y así lo hice, cargado con mi maleta y mi inseparable bandurria después de año y medio llegaría a Hellín y por fin vería a mis seres queridos.

Llegue un poco antes de lo esperado, con lo cuál, nadie me esperaba, como os adelanté, no todas las noticias al llegar fueron buenas, mi entonces novia había tenido un accidente como consecuencia de una caída por volcarse un carro, donde ella iba con su hermano Domiciano al molino para moler el trigo.

Un accidente donde su pierna se llevó la peor parte, tuvieron que operarla de urgencias.

Todo esto me enteré al llegar a Hellín.

De camino a casa un conocido, me comentó lo que había pasado y con bandurria y maleta me dirigí a verla.

Estaba en el Hospital y sin pensarlo al verla, me abalance sobre ella y la abracé y besé, ¡era año y medio sin verla, la gente de aquellos años debían de entenderlo!

Ya desde allí, me fui a ver a mi familia, ¡Que alegría!

Seguí con mi trabajo en el campo durante años, y pasados tres años y medio me casé , yo tenía 27 años y ella 23.

 

Trabajando en la agricultura y ya con dos casas había que dividir las ganancias entre las dos familias.

Nosotros nos fuimos a vivir a una casa en la calle de Eras con una mujer mayor, allí nos dedicamos a la cría de animales ( conejos, gallinas...).Mi mujer Consuelo también quiso ayudar a la economía familiar y lo hizo trabajando en una cooperativa y sacando así un dinero extra.

                                                                                                 

Para alimentar a los animales sembraba avena, para el forraje de los conejos y compraba pienso.

Con mi carro iba a la fábrica y compraba el pienso directamente y ahí empezó todo, cuando algunos vecinos me pedían que les trajera algunos sacos a ellos.

Pensé que sería una buena manera de sacarme un dinero extra y así fue como poco a poco me iban encargando más pienso y me hicieron distribuidor oficial de la zona de Piensos Picelsa (Biona).

Yo llevaba mi comisión y cuando los pedidos eran de camiones iban directamente a las casas a llevarlo, pero yo era el que lo gestionaba.

Dejé la agricultura y empezamos a dedicarnos a vender pienso.

Compramos una casa más grande para montar una tienda y vivir toda la familia allí.

En esos momentos yo tenía dos hijos José Antonio, Carlos y Amparo que nacería ya, estando en esta casa.

Mi mujer mi gran apoyo, una trabajadora nata, sin haberse dedicado nunca a esto, como estuvo ahí al pie de cañón durante tantos años y Pepe mi tío que tanto nos ayudó también.

Poco a poco se empezó a vender otros productos no solo piensos, animales de compañía, accesorios, plantas, pienso de perros, un sin fin de productos, que llegó a formar una tienda especializada en todo lo que tenía que ver con ganadería, animales de compañía, jardinería...

 Obtuve un premio con una marca llamada Friskies (pienso de perros), 400.000 pesetas, mucho dinero para aquellos años. Era el número uno en ventas en toda España, por aquella época.

Y así Hellín-Ganadera fue creciendo gracias a mi mujer y a mi tío.

Un fatídico accidente de tráfico hizo que todo se precipitara, estuve un año en recuperación y mis hijos tuvieron que hacerse cargo de ella, con lo que supuso para ellos.

Carlos dejar sus estudios y mi hijo Jose que estaba haciendo el servicio militar.

Ahí ellos empezaron a trabajar y hacerse cargo del negocio hasta que yo me recuperé y ya  continuamos los tres trabajando junto a mi tío. 

Mi mujer dejó un poco de lado la tienda y empezamos a llevar el negocio nosotros.

Y yo ahora estoy jubilado me gusta ir a mi tienda y ayudarles en algo si puedo, por desgracia mi mujer nos dejó hace unos años y ahora son solo mis hijos quién llevan Hellín-Ganadera.

Llevándola con el mismo esfuerzo, trabajo, cariño y experiencia con la que se formó, para asesorar a nuestros clientes y darles el trato que se merecen.

Doy por terminada esta historia, dando las gracias a mucha gente que he conocido durante mi vida profesional y que tanto me ha aportado. A mis hijos y a mi tío y por supuesto a mi mujer, sin ellos nada podría haber sido posible.

Os invito a visitar Hellín-Ganadera si eres un apasionado de los animales y como novedad muy pronto abriremos la Clínica veterinaria Sanus, para completar la atención de las mascotas de nuestros clientes , te esperamos y tened en cuenta que nos avalan muchos años de trabajo en este sector.

Saludos.